Recorrer Roma con Gregory Peck como guía.

– Tomarme un batido de 5 dólares en un restaurante vintage mientras odio los silencios incómodos.

– Lucir los vestidos de Maggie Cheung en In the mood for love (o el verde de Keira Knightley en Expiación).

– Viajar en un Delorean hasta el momento en el que se conocieron mis padres.

– Bailar y cantar bajo la lluvia…

– Rasgarle la camisa a Marlon Brando en Un tranvía llamado deseo.

– Cantar Falling Slowly junto a Glen Hansard en una tienda de música berlinesa; Moon River a un escritor en crisis y Makin’ whoopee sobre un piano enfundada en un vestido rojo.

– Bailar bajo una nieve creada por un chico con tijeras en lugar de manos.

– Compartir un plato de spaguetti con albóndigas (de tofu, of course) con un vagabundo mientras suena Bella notte.

– Saltar a hipervelocidad dentro del Halcón Milenario.

– Comprobar que mis juguetes cobran vida…

– Que me regalen una caja de música por mi cumpleaños una noche de tormenta bajo el cielo de Manhattan…

– Hacerme un vestido con unas cortinas….verdes.

– Degustar un ratatouille en el bistrot del petit Remy.

– “Colarme en la fiesta” como Melanie Griffith en Armas de mujer

– Recibir una carta del colegio Hogwarts de magia y hechicería….

– Que Jim Sturgess me cante «I’ve just seen a face» con la misma cara de pillo irresistible con la que se la canta a Evan Rachel Wood en Across the universe.

– Pedirle a Sam que toque de nuevo mi canción…